lunes, 4 de octubre de 2010

Ventana entornada

La pócima necesita un último ingrediente. Sangre de una doncella de piel suave.

Es difícil de encontrar en el reino una sangre asi, es codiciada como pocas y siempre se guarda bajo llave cuando anochece.

Los resquicios de las ventanas son los únicos que nos permitirán acceder a ella. Prepara al pequeño mensajero oscuro, de dientes afilados.

No es fácil observarle en noches sin luna, sin embargo los que han conseguido verlo, guardan el fúnebre momento entre sus peores pesadillas, durmiente esperando tornar en locura a su dueño.

Tras un parpadeo, el azabache brillo de unos ojos acuosos se desliza en la penumbra, entre árboles y sombras de sombras.

Un resquicio en una ventana, una cortina que apenas se mueve. El frío que estremece penetra en la estancia.

Dos marcas pequeñas acusan del delito. Una gota roja deja huella en el algodón de la sabana.

Un breve gemido, y un nuevo alma se consume hacia la oscuridad, el calor, y la agonía eterna.

Sonrisa triunfante, la pócima está completa, tan solo falta removerla bien.

viernes, 27 de agosto de 2010

Calma

Seduce el susurro del silencio tan solo acompasado por lentos pasos.

Extraña caricias negras que queman como el hielo.

Agita alas de plumas multicolor, en el vacio.

Paredes que se desvanecen.

Las estrellas se abren paso, y su brillo hiere, como dardos lacerantes.

Un rumor, es agua que fluye.

Empapado.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Tic tac

Es una gota, solo una gota, seguida por otra.

Fria, eclosiona sobre la piel desnuda.

Es solo una gota.

Se desliza hacia el ombligo.

Desborda y sigue su camino.

Baja por las caderas.

Desaparece. Camino húmedo.

Es solo una gota.

Locura.

sábado, 10 de abril de 2010

Con un nudo y dos lazos

Se presenta deslumbrante, como si apenas hubiera terminado la navidad,
el rojo ensalza su estampa, rojo fresco, rojo suave.

Encuentra un lugar donde reposar mientras estira el cuello.

En el pensamiento, en la mente, una palabra, un susurro que crece a medida que el aire exhalado alcanza su oido.

Ya está aqui. La palabra, ese don intangible que convierte a las personas en dioses, que enriquece un momento hasta convertilo en único.

La magia de la noche, entre negros y rojos, entre susurros y gemidos

Mar de lava, crestas de fuego, labios apretados, y tal vez, una gota de sudor.

Es un pequeño momento en el tiempo, un pequeño lapso, como el sonido de un diapasón que suena y se para...pero que volverá a sonar.

Un regalo de cumpleaños, una sonrisa de labios sin pintar, una mirada de rojo fulgurante.

Gracias musa.

jueves, 11 de marzo de 2010

La cueva del dolor

En la cueva del dolor, un pensamiento se escondía entre las sombras.

Hacía mucho tiempo ya que no se encontraba con otros pensamientos, ni con susurros, gritos o suspiros graves. En su soledad se escurría entre las piedras, delicado con la humedad de los muros, sin vislumbrar la luz ni el recuerdo de quien hace tiempo fue su creador.

El dolor ya no habita en la cueva, pero su nombre no se desvanece.

Una mañana oscura, el sonido de pasos vuelve a resonar de nuevo. Una presencia remueve el insoportable hedor a sangre seca y sudor, añejo, usado, desagradable.

Atento, el pensamiento se sitúa tras las sombras, alerta se desliza tras los pasos, y cuando el gozne de unas puertas chirría y el óxido del metal cae en pequeñas virutas al suelo, persigue los pasos más aprisa, y se aprieta entre las huellas y la pesada puerta.

-¿Qué hacías tú tras esa puerta?

Sorprendido el pensamiento se encoge en si mismo, tanto tiempo en soledad aguza los sentidos.

El miedo mata los pensamientos, el miedo discurre con confianza y se hace fuerte alimentandose sin parar de todo tipo de sensaciones, de debilidades, de penas.

-Pensamiento, sigue tu camino, ahora eres libre, busca tu lugar bajo la luz del sol, no te ocultes de nuevo.

Un esbozo de sonrisa, un momento alegre, un pensamiento renacido.

domingo, 7 de marzo de 2010

Contrastes

Brillo de contraste entre la carne de piel clara.

Forma de ojos oscuros, forma de luna llena.
Aprecia el latido en un vacío sin estrellas, ominoso y lascivo se presenta a su cita.

¿Eres tú el alma perdida?
Nunca me mires cuando me doy la vuelta, podrías ver lo que no quieres reflejado en mi capa.
¿Eres tú la luna sin palabras?
Tus labios ya no están sellados, aunque el viento los haya secado.
¿Eres tú el jirón en la nube?
Parpadea, haz que la luz enturbie el brillo de la oscuridad.
¿Eres tú la presencia dormida?
Despierta, las argollas del destino se mueven proclamando el paso del tiempo.

Forma de ojos claros, forma de luna sin sol.
Brillo de contraste, entre la oscuridad de azabache.