Paseo nocturno de sonido lúgubre que guías pasos hacia el vacío, haz que dejen de resonar sobre el empedrado, haz que se detengan bajo una farola de suave luz amarilla. Allá donde la pequeña nube de insectos oscurece el brillo, donde aún es posible ver jirones de una sombra que aguarda en la noche, allá se encuentra tu destino.
Encoge los hombros asustando al frío del alma, la espalda recta, inquietud renovada ante la nueva luz.
Prepara las maletas, comienza de nuevo, circulo sobre circulo, cada vez un poco mayor, experimenta de nuevo, burbujea y conviertete en niebla, densa, que penetra hasta los huesos...
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