Corriendo entre la oscuridad, no hay corteza que no parezca afilada, no hay lugar para el descanso, no hay sombra que no aceche.
Sientes los ojos pegados en ti, te hacen estremecer y te hacen respirar con dificultad.
En un momento, ya no estás.
Al siguiente un nuevo grito brota de tu garganta, sin sonido, seco, que hace palidecer tu tez, e inyecta el rojo en los ojos.
El miedo da paso a la ira, ya no hay enemigo invencible.
El color y la vida son tuyos, las heridas no duelen, los dientes rechinan.
De nuevo amanece.
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"Sientes los ojos pegados en ti, te hacen estremecer y te hacen respirar con dificultad".
ResponderEliminarUn beso.